Fue un reunión de gestos, discursos y temas básicos, lejanos al verdadero interés del país. Parecía un juego de niños chicos sin planteamientos serios y realitas.
Como resultado final sólo queda la sensación de una pérdida de tiempo y de recursos. Hoy mas que nunca a nuestros políticos les quedó grande el poncho, y ni siquiera se inmutan.
En resumen, nosotros somos los culpables de no exigirles mas en un medio chato y mezquinamente partidista.
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