sábado, 22 de agosto de 2009

Tu eres verde claro y yo verde oscuro

¿Somos iguales?.

Si, dirían algunos, pero lo que no es tan cierto es que no es cierto. Parece un trabalenguas, pero en el fondo es la pura verdad. En nuestro querido país, que muchos amamos y respetamos, la igualdad esta lejos de ser una realidad. Algunos dirán que lo que están leyendo es una verdad tan obvia como del porte de una catedral, pero no por ser tan obvia no deja de ser una realidad que afecta a muchos, ya sea por su condición educacional, laboral, de creencias o simplemente de cuna o color de pelo.

Duele. Pero es verdad. Podemos consciente o inconscientemente agrupar y catalogar de una manera prejuiciosa y en base a ese juicio determinar que le corresponde a cada quien. En base a esta catalogación es posible identificar a un grupo de personas que cree que es distinta al resto, claramente. Son transgresores, no por el hecho de ofrecer ofertas nuevas y distintas, sino porque transgreden el hecho de que son iguales a usted y a mi. Nuestros honorables representantes.

Estos personajes creen que son el centro del universo, intocables por derecho propio, autoreferentes, con la tonta idea de que a ellos no los pueden controlar, perdieron la capacidad de reconocer errores y su humildad quedo... ¿Donde quedó?.

Con que cara alegaban cuando les cursaban sendos partes por exceso de velocidad y por utilizar balizas que sólo pueden utilizar los móviles de emergencias y Carabineros. ¿Porque descalifican a los funcionarios policiales y a la prensa?, acaso los ciudadanos no podemos enterarnos del comportamiento de nuestros representantes. ¿No podemos controlarlos y supervisarlos?, entiendo que si en vista de que nosotros mismos los elegimos para una labor clara y específica, no para que ellos se auto endiosaran, se suban los sueldos cuando quieran, que no asistan a la camara (que es no realizar la labor que les encomendamos), que arrienden casas particulares como sedes comunales... podríamos seguir con muchos otros ejemplos. No podemos premiarlos con nuestro voto ni con la condescendencia natural que nos caracteriza.

Para ellos, estando al frente de las cámaras, somos todos iguales... del mismo color verde, pero con la salvedad de algunos son verde claro y otros verde oscuro.

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